domingo, 1 de septiembre de 2013

Galería de almas (Capítulo 2)

Capítulo 2.- La prioridad
La supervivencia ahora se convertía en una prioridad: vivir allí y convivir, la principal tarea.
La tensión se apoderaba de Saulo diariamente y adaptarse al medio era una cuestión fundamental.  Al igual que los mamíferos que se protegen de las agresiones e inclemencias con su pelaje, Saulo desplegaba todas sus habilidades cautivadoras y que fascinaban en general a todo el género humano y más en un sitio como aquel.
La elocuencia y su capacidad de respuesta, su preparación académica, la facilidad que tenía para ponerse en el lugar del otro y las habilidades sociales le valieron un respeto. Se convirtió en un punto de referencia para redactar cartas a amantes esposas, novias y novios, hijos; se desenvolvía hábilmente escribiendo instancias, reclamaciones, indulgencias, recursos, felicitaciones y demás documentación generada en este lugar innombrable.

Tenía un porte elegante, era delgado y alto, educado a fuego, distante y de maneras suaves; sabía escuchar y comprender todas las desgracias habidas y por haber, incluso era capaz de tener compasión por un pederasta o por un asesino, paciencia con el ser más torpe y de clavar en su oponente una mirada aterradora que se le salía de las órbitas con según qué comportamientos, paralizando las malas intenciones de cualquiera y expulsando por aquella boca bembuda los improperios y exabruptos más espeluznantes. Además sabía escabullirse en el momento oportuno para que su luz no dejara de brillar desprotegiéndolo ante aquel paisaje humano, aquella selva de comportamientos encontrados, conductas equivocadas, escala de valores invertida, deformidades en las capacidades, minusvalías psíquicas y físicas no tratadas, desafectos, amantes trastornados, maltratadores, degenerados, violadores, asesinos, mentirosos, marginados de cuerpo y alma y cualquier cantidad de indolentes, culpables y no culpables, que requerían de sus servicios tan imprescindibles en un medio como ese.