Lo único cierto y exacto de este instante prodigioso,
donde se deshacen sobre el inmenso Atlántico y las
arenas negras de nuestra costa
los últimos rayos del sol de este día de otoño,
es que mi amor se está descomponiendo por sus llagas
protegidas por trapos sucios,
lejos de mí,
lejos de los gritos de mi corazón que lo llama.
Autora invitada: Julia