domingo, 25 de agosto de 2013

El sarandajo (capítulo 6)

El saber sí ocupa lugar
Mi abuelo tenía muy mala sangre. Recuerdo que cuando llegaba de trabajar traía hasta la vista cansada. No entendía las vacaciones, le parecían un sacrilegio. Decía:
Eso es un invento de los americanos. Que son ricos. 
Él sólo descansaba para volver a trabajar con la misma fuerza del comienzo.
Para jugar con él tenía que coger una pala, o una lija, o un escobón de paja que él transformaba en juguetes.
Nos contó que en su juventud estuvo a la espera de un barco con destino a las Américas, donde todo el mundo era rico. Aquel barco llegó, pero con él, una pareja de la Guardia Civil que le devolvió a casa de sus padres (mis bisabuelos). De recuerdo le queda una buena cicatriz en la cabeza a causa de un tizonazo que le asestó mi bisabuela cuando vio alejarse por el camino los tricornios.
Yo creo que mi abuelo nunca perdió ese sueño de las Américas. De hecho, habla de los Indianos como grandes héroes de gran inteligencia, valientes, intrépidos y, por él, envidiados.
      "  La Historia siempre será del que la cuenta y no del que la hizo".
      "  Lo no esperado, siempre llega de pronto y suelen llamarse sorpresa".
      "  El saber sí ocupa lugar, lo que no ocupa lugar es la ignorancia".

Son algunos de los “dichos” de mi abuelo. Que, yo me pregunto: ¿Si siempre estaba trabajando, de donde sabía tantas cosas? Al parecer trabajaban sus manos, sus riñones y trabajaba su cabeza.