Dejaste en la tierra el cuerpo,
querido amigo del alma,
y agarrado al viento
luchabas contra la nada.
Querido amigo del alma,
sin preguntas, sin respuestas
ni despedidas agrias
dijiste adiós en un susurro
obligado por la muerte.
Querido amigo del alma.
En las redes de un instante,
en la trampa de un momento,
diste la espalda a la vida
obligado por la muerte.
Querido amigo del alma.
Querido amigo del alma.